domingo, 20 de noviembre de 2011

Línea A

El aire arremolinado.
Acoyte.
La formación que se demora.
El mensaje de texto.
El que habla por celular.
La que habla con la amiga que viaja junto a ella.
El que habla con la novia que viaja junto a él.
Las parejas cursis.
El romance confirmado de dos inesperados.
El aire condensado y que presiona.
El tipo de mal gusto que insiste en llevar pantalones de vestir grises y zapatillas de correr blancas.
La nena hermosa, pequeña, con peinado descuidado, sobre las piernas de su joven padre; con moco seco y cansancio de llanto.
El nene que queda con la madre y se despide, con angustia y timidez, del señor que se baja en Once y que le guiña un ojo con amor afectuoso y complicidad.
La muchacha, súper embarazada y súper joven, con expresión de cansancio o de calor o de dolor o de agobio, cargada de pesadas bolsas plásticas.
El calor, la humedad y la tormenta que está por largarse y que se siente incluso ahí.
El que baja.
El que sube y busca asiento con la mirada y con el cuerpo.
Piedras. Perú. Avenida de Mayo.
El gris del cielo.
Las gotas de agua.