miércoles, 28 de diciembre de 2011

Encantador de secretos

Melodramático, audaz y libre nacía hace 79 años en General Villegas, la sonrisa más bonita de la literatura argentina.

" [...] '¿No habla?', no, está llorando, o no, está sonriendo pero le resbala una lágrima por la máscara, '¿una lágrima que brilla como un diamante?', sí, y yo le pregunto por qué es que llora y en un primer plano que ocupa toda la pantalla al final de la película ella me contesta que es eso lo que no sabe, porque es un final enigmático, y yo le contesto que está bien así, que es lo mejor de la película porque significa que... y ahí ella no me dejó seguir, me dijo que yo quería encontrarle explicación a todo."
El Beso de la Mujer Araña, Manuel Puig

domingo, 20 de noviembre de 2011

Línea A

El aire arremolinado.
Acoyte.
La formación que se demora.
El mensaje de texto.
El que habla por celular.
La que habla con la amiga que viaja junto a ella.
El que habla con la novia que viaja junto a él.
Las parejas cursis.
El romance confirmado de dos inesperados.
El aire condensado y que presiona.
El tipo de mal gusto que insiste en llevar pantalones de vestir grises y zapatillas de correr blancas.
La nena hermosa, pequeña, con peinado descuidado, sobre las piernas de su joven padre; con moco seco y cansancio de llanto.
El nene que queda con la madre y se despide, con angustia y timidez, del señor que se baja en Once y que le guiña un ojo con amor afectuoso y complicidad.
La muchacha, súper embarazada y súper joven, con expresión de cansancio o de calor o de dolor o de agobio, cargada de pesadas bolsas plásticas.
El calor, la humedad y la tormenta que está por largarse y que se siente incluso ahí.
El que baja.
El que sube y busca asiento con la mirada y con el cuerpo.
Piedras. Perú. Avenida de Mayo.
El gris del cielo.
Las gotas de agua.

viernes, 9 de septiembre de 2011

Hoy es un día que ...

... huele a fresias y ése no sé qué, mezcla colorida de tiempo viejo y tiempo nuevo, que volvés a tener cerca y que atrae a los gatos inquietos.
"Hoy te pusiste
tu vestido,
el prohibido.
Vos inconsciente, tan decente, desmedida."
Ana Prada

viernes, 26 de agosto de 2011

Aplastamiento de las gotas

Yo no sé, mira, es terrible cómo llueve. Llueve todo el tiempo, afuera tupido y gris, aquí contra el balcón con goterones cuajados y duros, que hacen plaf y se aplastan como bofetadas uno detrás de otro, qué hastío. Ahora aparece una gotita en lo alto del marco de la ventana; se queda temblequeando contra el cielo que la triza en mil brillos apagados, va creciendo y se tambalea, ya va a caer y no se cae, todavía no se cae. Está prendida con todas las uñas, no quiere caerse y se la ve que se agarra con los dientes, mientras le crece la barriga; ya es una gotaza que cuelga majestuosa, y de pronto zup, ahí va, plaf, deshecha, nada, una viscosidad en el mármol.
Pero las hay que se suicidan y se entregan enseguida, brotan en el marco y ahí mismo se tiran; me parece ver la vibración del salto, sus piernitas desprendiéndose y el grito que las emborracha en esa nada del caer y aniquilarse. Tristes gotas, redondas inocentes gotas. Adiós gotas. Adiós.





1914 - 1984









“… descubrí, y era un poco penoso, que yo me movía con naturalidad en el territorio de lo fantástico sin distinguirlo demasiado del real, claro”

J. Cortázar

viernes, 19 de agosto de 2011

Almuerzo

Momento de intercambio, de desvío; bullicio; el trabajo; amigos; los compañeros de colegio; la adolescente que estando aún más cerca de la niñez, revela qué mujer será en su edad madura; la infantil que no madurará jamás; el de seguridad; las de mantenimiento; la histeria adolescente y los agudos, las peleas, la inocencia, la risa y el revoleo, propios de la histeria adolescente; la que se pide el premium pero con agua mineral; el incogible; la que almuerza con su madre quien lleva su propio almuerzo en un tupper, con costumbre, sin vergüenza; la que trata de concentrarse en leer un texto; un perfume rancio; el olor del pan tostado; los que recién llegan; los que ya se van; quien busca una silla libre; quien cede una que no necesita; los chiquillos adolescentes que quieren ser hombres ya y hacen comentarios que solo dejan en evidencia su corta edad; los de la oficina y su traje gris; la vieja que vino a leer; el viejo que vino a almorzar solo y se la banca; la soledad suya y mía; los que comen con la boca abierta; el nabo que hace ruido con las papas; la pareja joven que no puede quitarse las manos de encima, que se invade; Mickey; Gap; las risas; la vorágine; el viento; la juntada en el momento medio del día, incluso, a pesar del frío helado; el cansancio; el viernes; el papel; el tiempo; y la lluvia que, amenazante, finalmente, se decide a caer, y cae después del sol errante.

miércoles, 17 de agosto de 2011

Gratitud*

Gracias aroma
azul,
fogata
encelo.

Gracias pelo
caballo
mandarino.

Gracias pudor
turquesa
embrujo
vela,
llamarada
quietud
azar
delirio.

Gracias a los racimos
a la tarde,
a la sed
al fervor
a las arrugas,
al silencio
a los senos
a la noche,
a la danza
a la lumbre
a la espesura.

Muchas gracias al humo
a los microbios,
al despertar
al cuerno
a la belleza,
a la esponja
a la duda
a la semilla
a la sangre
a los toros
a la siesta.

Gracias por la ebriedad,
por la vagancia,
por el aire
la piel
las alamedas,
por el absurdo de hoy
y de mañana,
desazón
avidez
calma
alegría,
nostalgia
desamor
ceniza
llanto.

Gracias a lo que nace,
a lo que muere,
a las uñas
las alas
las hormigas,
los reflejos
el viento
la rompiente,
el olvido
los granos
la locura.

Muchas gracias gusano.
Gracias huevo.
Gracias fango,
sonido.
Gracias piedra.
Muchas gracias por todo.
Muchas gracias.

Oliverio Girondo,
agradecido.

*de Persuasión de los días

Algo de este loco lindo. Incomprendido aveces, delirante siempre y atemporal, en este día especial.
17 agosto 1891 - 24 enero 1967

lunes, 15 de agosto de 2011

86 - 30


Sin melancolía, pero, si una pudiera, qué bonito sería volver el tiempo atrás y detenernos unos largos minutos acá.

miércoles, 3 de agosto de 2011

Gracias

Comparto unas ilustraciones de Fito Espinosa, ilustrador y docente peruano, que mi amigo Leo me presentó y a través de lo cual él, Leo, interviene en este blog.

tu corazón curva el universo

el encuentro http://fitoespinosa.blogspot.com

Porque el encuentro verdadero con el otro nos hace únicos. Ahí: en la risa común, en la misma indignación, en los anhelos de siempre, en los placeres complementarios, en las ganas. Eso: en las ganas de estar juntos. Y seguir así.

miércoles, 13 de julio de 2011

Ciudad Gorila















"... fiesta de pequeñas conveniencias" - Fito Páez
http://www.pagina12.com.ar/diario/contratapa/13-172084-2011-07-12.html

miércoles, 6 de julio de 2011

Te vas? No








Algo de ella, en este día especial.
Frida Kahlo - 6 de julio 1907 / 13 de julio 1954 - México

martes, 28 de junio de 2011

miércoles, 15 de junio de 2011

Lluvia

La lluvia tiene un vago secreto de ternura,
algo de soñolencia resignada y amable,
una música humilde se despierta con ella
que hace vibrar el alma dormida del paisaje.

Es un besar azul que recibe la Tierra,
el mito primitivo que vuelve a realizarse.
El contacto ya frío de cielo y tierra viejos
con una mansedumbre de atardecer constante.

Es la aurora del fruto. La que nos trae las flores
y nos unge de espíritu santo de los mares.
La que derrama vida sobre las sementeras
y en el alma tristeza de lo que no se sabe.

La nostalgia terrible de una vida perdida,
el fatal sentimiento de haber nacido tarde,
o la ilusión inquieta de un mañana imposible
con la inquietud cercana del color de la carne.

El amor se despierta en el gris de su ritmo,
nuestro cielo interior tiene un triunfo de sangre,
pero nuestro optimismo se convierte en tristeza
al contemplar las gotas muertas en los cristales.

(...)


F. García Lorca





pd, en un miércoles gris de lectura, rumores y lluvia fría.

domingo, 12 de junio de 2011

Hoy es un día en que...

... la mañana se ha puesto linda, linda de sol, para caminar despacio y pensar en voz alta.

"... dijo: el hombre ha de luchar
para conseguir los clavos
en vez de hincarse a rezar
para olvidar sus quebrantos
o de sentarse a esperar
regalos eleccionarios
".
R. Yacomuzzi - J. Falú

viernes, 29 de abril de 2011

Ahí vamos


"...quien forma se forma y re-forma al formar y quien es formado se forma y forma al ser formado".
P. Freire.

Ojalá así sea.

jueves, 28 de abril de 2011

Verde manzana

Y cuando dije con naturalidad “porque me gusta el color”, yo, la chica blanco y negro, se sorprendió de sí misma y de su nueva perspectiva.

martes, 12 de abril de 2011

Hoy es un día que...

... suena a tímidas lecturas en voz alta, a insultos, a timbres de recreo, a locura y al tránsito de cosas que ya pasan.

"Cuando el uniforme generaba frenesí...
Cuando la bandera idolatrada...
Cuando la Fernández se peinaba el peluquín...
Cuando no creíamos en nada..."

F. Páez

sábado, 9 de abril de 2011

Por qué cuesta tanto El globo de Isol

La estética de la tapa es hermosa: cuadrada; dura; en aguamarina, naranja y coral; una letra infantil escribe el nombre del cuento y el de la autora; y un trazo como de crayón lleva adelante el dibujo, central: la niña, intrigada, extrañada, atenta. Y el globo, inmenso y rojo.
El año pasado, en un congreso de literatura realizado en la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA, Isol participó de una mesa que tenía su debate en la literatura infantil. Ahí se habló un poco de lo difícil que resulta El globo. Difícil, su circulación en el ámbito educativo, en la lectura hogareña. Es un libro que no logra llegar sin culpas, con coraje, a lecturas habituales.
La primera vez que leí este cuento, recuerdo muy bien, fue una sorpresa total. Estaba participando de un taller de promoción de la lectura para trabajo con niñas y con niños. Teníamos que elegir un libro casi espontáneamente, casi al azar. Había miles, todos sobre un paño, encimados, y yo, seguramente, entre el apuro y por lo agradable de la tapa, lo elegí a él. Leí el título, leí el nombre de la autora –¿o era un hombre?-, nada: no conocía ni a uno ni al otro. Me arriesgué, como todos.
Lo leí. Lo releí –es muy breve-. Lo hojeé. Lo volví a hojear, detenidamente: volví a disfrutar los colores, vi con letargo los dibujos, volví a leer la letra. Y pensé: “Uau, ¿cómo se hace para leerle algo así a un chico?”, quedé muy sorprendida, abrumada. Y enseguida me dije, creyendo descubrir su secreto: “¡Esto no es para chicos, esto es para grandes!”.
Era la primera vez que leía algo tan arriesgado para el público infantil. Y, aturdimiento de por medio, me alegraba.
Sin embargo, cómo se le leía algo así a un chico.
Como lectora de literatura infantil y como hija, arriesgo.
Con juego. Con desinhibición. Con ganas.
Creo que hay que resignar un poco el personaje solemne que como sociedad construímos en torno a la figura de la madre o del padre, esa cosa erudita y noble que se supone que una madre o un padre debe ser.
Los papis y las mamis son humanos y, por supuesto y sobre todo, se equivocan. Por lo tanto, a veces, sí, hacen las cosas mal. Y tienen que bancársela. Con autocrítica. Con predisposición al cambio. A la superación del error, en serio. A la búsqueda del cómo.
Los papis, las mamis y todos.
Cuando Camila desea que su madre –gritona, intolerante, de seño fruncido, hasta medio amarga- se desaparezca y ésta, efectivamente y al fin, se desaparece dejando en su lugar a un enorme globo rojo, hay que bancarse el desafío: y sí, tal vez, alguien quiera que me desaparezca de su vida, ¿por qué no? Así: fuerte. Chocante. Insoportable. Pero así. Porque, entonces, hay que construir, pensar, trabajar el cómo quedarse. Quedarse ahí, llevando adelante el vínculo que sea: no importa si se trata de una madre gritona, de un hermano egoísta, de una amiga ausente.
Creo que desde ahí, desde el lugar de lo incompleto, de lo que, en realidad, no se sabe, hay que leer este cuento. Nadie nace sabiendo cómo ser nada y hay que permitirse esa ignorancia.
Hay que leerlo con el desafío que implica encarar un tema tan profundo como lo son nuestras fallas y sus efectos en los otros; los errores cometidos y, aún, los posibles, los que no existen, los que aún no cometimos.
Por lo demás no somos una sociedad dispuesta a replantearnos tanto, digo: tantos niveles de cosas, tantas cosas.
Por eso, quizás, la lectura de El globo cueste, se nos retobe, se niegue a darse en paz, con plenitud.
Sin embargo, ¿y si nos relajamos un poco?, ¿y si nos dejamos llevar con la espontaneidad de los niños que desean y hacen sin más vueltas?

¿Cuánto dura la infancia?



jueves, 31 de marzo de 2011

¿De qué censura hablamos?

Como consumidora puedo elegir no comprar esos diarios, puedo elegir no ver las producciones de Polka, no adquirir la tarjeta de socio. Quiero decir, puedo negarme a comprar. Pero como trabajadora de Artes Gráficas, ¿qué es lo que me queda por hacer?
Basta de Lanatas desesperados que defraudan y de editores cínicos que engañan. Basta de muchas cosas, pero sobre todo, basta de estos.
Por más luchas gremiales perseverantes y dignas. Por más crítica.
Por menos hipocresía, inocencia y mentiras.

miércoles, 23 de marzo de 2011

Hoy es un día de...

... agua encharcada que suena a rabia e indignación; a coraje; a tristeza.

"este agua lleva en sí
la fuerza del fuego
la voz que responde por tí
por mí..."

L. A. Spinetta

viernes, 18 de marzo de 2011

El Negro de París (fragmento)


"Lo traté de zonzo a propósito, como para que viera que no me iba a impresionar con su mirada de arrogancia. Yo los conozco muy bien a los gatos, que como se saben gráciles y hermosos quieren impresionar a la gente con la indiferencia y la coquetería. En el fondo son unos tímidos holgazanes que no saben vivir solos como los leones, o los elefantes, o los pájaros. Nos los entregaron en una caja de cartón a la que sólo le faltaba el moño. Como los franceses son muy prolijos, nos dieron su cédula de identidad en la que figuraba un nombre que ya no recuerdo y al que él no respondía. También su certificado de vacuna y un papelito donde decía que lo habían encontrado perdido en la calle y que tenía seis meses de edad. Mientras íbamos en el taxi hice la cuenta: estábamos en junio, y si el Negro -yo ya lo llamaba así- tenía seis meses quería decir que había nacido, como yo, en enero. Decidí, entonces, que cumpliríamos años el mismo día. De esa manera, cuando mis papás me hicieran la fiesta de cumpleaños yo tendría que invitarlo a soplar conmigo las velas de la torta y hacerle un regalo como para un gato [...] Yo no hablaba con él como hacía con los otros chicos, o con mi papá y mi mamá. Nos bastaban gestos, guiños, miradas, movimientos de cabeza. A veces agregábamos una palabra o un maullido para subrayar, pero en general no hacía falta. Los gatos tienen un lenguaje que no comprenden quienes no aceptan el misterio".

Osvaldo Soriano

lunes, 14 de marzo de 2011

Pancha y Felipe

Pancha es intrépida y simpática. Felipe es reservado y solitario.
A Pancha le gusta el plástico y a Felipe el papel y el cartón.
Pancha es diestra. Felipe es zurdo.
A Pancha le gustan las puertas. A Felipe, las ventanas.
Pancha disfruta una buena conversación. Felipe es de pocas palabras.
Pancha prefiere estar abajo, en el comedor, donde estamos la mayor parte del tiempo; donde pasan las cosas.
Felipe prefiere estar arriba, en la habitación, donde se escapa a estar sin nadie.
Pancha es perseverante, Felipe es algo vago. Sin embargo, es Felipe el que abre las puertas y es el boquetero, y Pancha es la que aprovecha el trabajo del compañero y pasa. Será que su pequeño tamaño no le permite hacer su propio agujero, será que también es medio vaga.
Pancha es muy cariñosa, Felipe también.

domingo, 13 de marzo de 2011

Por qué "La loca de mi tía"

Porque es la verdad. Porque ha sido una influencia. Porque tiene que ver con una época y una evocación (la reminiscencia y la nostalgia medio que se mezclan). Porque también hay mucho presente. Porque es una cuestión de actitud, una forma tomarme las cosas.
Este blog viene de otro que, con el tiempo, empezó a parecerme muy pretencioso: Fueguitos pa´ calentar. Ahora, despojada de su solemnidad, me siento más cómoda. La búsqueda es la misma, pero el modo es otro: la ropa me queda más holgada y ando descalza.

Gracias por tu visita.

La sobrina. La autora. Marian