domingo, 8 de noviembre de 2009

Enrique

Ultimamente, me digo mucho, cómo es la vida, no? Y a cada rato también que por qué no? Voy de ese lugar (común) al otro. Pero no lo puedo evitar. Depende de mi día diario: de qué escuché ese día, de qué hablé con quién esa mañana, de qué cosa vi en dónde.
Y me respondo habitualmente lo mismo: que la cosa es así, “complicada” o que la vida es así, “simple”. Depende de mi día diario también: de mi energía del jueves por la tarde o de mi pesimismo del lunes por la mañana; de en qué lugar me encuentre la tarde del domingo o de qué cosa esté haciendo al comienzo del sábado.
Lei por ahí, hace muy poquito: Basta de mañana, no sé quién lo estampó y a qué quiso referirse con eso exactamente, ni me importa. Porque a mí me sirve así: a mi libre juicio.
“Mañana”, cuántas veces me habré dicho lo mismo, y cuántas veces me pareció bien. Cuántos han hecho de esa palabra (y de ese concepto) una forma de vida: suponiendo que “mañana” era un día mejor.
No sé si vida hay una sola, no sé si vidas hay muchas. No sé si el tiempo es por naturaleza lineal o si lo es circular. No sé si el tiempo tiene naturaleza.
Pero creo que nada tenemos más concreto que el presente: el día de hoy es lo que andamos, lo que respiramos, lo que vemos, lo que palpamos. Entonces, por qué no.
Conozco a alguien de muchos, muchos años. Su historia me llegó durante toda mi vida de a partes. Y aún hoy, cuando continúo sin tenerla completa, me ayuda a pensar esto.
Vanidoso, miedoso, evasivo, vive así: “mañana” es un concepto que sintetiza su destino; “otro día”, “después”, son términos que ha usado mucho.
Incoherente, ha elegido a una mujer para vivir con ella toda su vida, sin amor; irremediablemente ha elegido a otra para quererla siempre y morirse sin ella.
Indeciso, no se decide a vivir, tampoco se decide a morir.
Tal vez, pienso, quiere cambiar algo; pero, pienso enseguida, a la vez y aún, sigue sin animarse a hacerlo.
Qué paradoja, me digo, qué absurdo.
Y pienso en cuándo nos decidiremos a ser otras y otros de estos que venimos siendo.
Cuánto tardaremos en valorar nuestras ganas de ser.
Cuándo dejaremos de pensar, cuándo haremos.
Y vuelvo a decirme, cómo es la vida, no?

1 comentario:

Antropóloga Happy dijo...

vive como si el amor fuera eterno, pero con la posibilidad de que mañana puedes morirte.

precioso. me encantó!