viernes, 2 de marzo de 2012

A nueve días de las muertes del Sarmiento

El capitalismo es el régimen que apunta a incrementar por todos los medios la producción –cierto tipo de producción, no lo olvidemos-, y a disminuir por todos los medios sus costos –costos que son, tampoco lo debemos olvidar, definidos de modos muy restrictivos: ni la destrucción del medio ambiente, ni el aplastamiento de vidas humanas, ni la fealdad de las ciudades, ni la victoria universal de la irresponsabilidad y del cinismo, ni el reemplazo de la tragedia y de la fiesta popular por el folletín televisado están tenidos en cuenta en ese cálculo, y no podrían ser tomados en cuenta en ningún cálculo de este tipo-.
Para llevar a cabo esta meta el capitalismo supo y pudo contar con un desarrollo sin precedentes en la historia de la tecnología, que el mismo sistema promovió, estrechamente orientada, es cierto, pero adecuada a las metas perseguidas: poder para la clase dominante, consumo de masa para la mayoría de los dominados, destrucción del sentido del trabajo, eliminación del rol humano del hombre en la producción. Pero la herramienta más formidable fue la destrucción de todas las significaciones sociales precedentes y la incentivación, en el alma de todos o de casi todos, de esta compulsión a adquirir lo que, en la esfera de cada uno, es o parece accesible, y para lo cual se acepta prácticamente todo.

Cornelius Castoriadis, 1997

No hay comentarios: