En
mayo de 1969, durante el gobierno de Onganía, comenzó a evidenciarse
una crisis con estallidos en distintos puntos del país, como Corrientes y
Rosario. En Córdoba, donde existía una estrecha relación entre
estudiantes y obreros, al descontento general se sumó la decisión del
gobierno provincial de suprimir el “sábado inglés”, es decir, la media
jornada laboral. En consecuencia, el SMATA (de los
obreros de la industria automotriz) y el sindicato de Luz y Fuerza
convocaron a un paro activo con movilización para el 29 de mayo. Los
estudiantes adhirieron a la medida de fuerza y pronto la ciudad fue
controlada por los manifestantes, quienes lograron su ocupación durante
unas veinte horas. Se produjeron incendios y ataques a las principales
empresas multinacionales. La represión consiguiente fue brutal y dejó
como resultado veinte manifestantes muertos y cientos de detenidos,
entre ellos Agustín Tosco, Atilio López y Elpidio González. Esta rebelión popular marcaría el principio del fin de la dictadura instalada en el gobierno desde 1966.
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